Parece que mi percepción de la realidad es más tremendista de lo que es en realidad. Puede que sea cierto…No va a estar todo el planeta equivocado menos yo…
Tal vez sea una señoritiña egoísta que no piensa más que en mirarse el ombligo… Puede ser no digo que no…
Y no voy a poner “peros” donde no los hay. No voy a defenderme porque no tengo defensa posible…
Pienso en qué me equivoco, y parece coincidir con lo que piensa el resto del planeta. Pienso en lo que debería hacer, deber moral y de honestidad con una misma, y parece coincidir con el resto del planeta…
¿Por qué no lo hago? ¿Por qué no tengo el coño suficiente como para hacer lo correcto? ¿Tiene el resto del planeta la razón?¿tan blanco o negro es? O tal vez hay aspectos que no son sopesados. Sentimientos que, por más que lo intente, no puedo expresar con palabras o hechos, y por lo tanto no son tenidos en cuenta?
¿En qué me he convertido? ¿en una maltratadota psicológica con un ego tal que no se reconoce? ¿Qué soy? ¿qué siento?¿qué percibo que me hace tener una visión tan distorsionada de la realidad?
¿Tan equivocada estaba acerca de mi?
Me inspecciono por dentro, en este preciso momento, y no me gusto. Me decepciono.
Aunque no sirva como excusa, el estar dentro, me hace tener una idea no objetiva de la realidad vivida. Una realidad parcial del hecho en sí. La mía.
Hoy, en ciertos momentos, mientras el resto del mundo me daba la lección que me merezco, una lección lleno de amor y respeto, no estaba, no iba conmigo. Ha habido momentos en los que he tenido que alejarme de mi y convertirme en espectadora para no terminar de odiarme. Probablemente, ahora que me leéis casi todas, cosa que sabéis que me encanta, penséis que estoy auto compadeciéndome y que no es más que otro momento de exhibicionismo y exageración… Pues mira, no lo sé, puede que sí.
Puede también ser expresión de mi realidad, de mis miedos, de mis angustias y sentimientos. Puedo sentir esa exageración de formas como mías, como reales. Lo son, no es fruto de mi histrionismo o mi alter ego, es como lo siento.
Agradezco que las amigas lo sean de verdad, que tengan el valor de decir lo que piensan frente a frente. Eso no tiene precio, y os lo agradezco a todas. Me hacen ser más conscientes de mis meteduras de pata y de mi egoísmo. Me hacen conformarme y volver a ser una buena persona (porque lo he sido). Pero dejad de juzgarme.
No puedo dejar de estar aterrada, no puedo dejar de pensar en mi, en mi vida, en todo lo que pongo en juego, Pero igualmente no puedo dejar de pensar en ella (aunque la mayoría de vosotras piense que no lo hago), en todo el daño que hago con cada gesto, cada palabra, cada acción. No quiero que llegue a odiarme, o a guardarme rencor. Es la persona más importante de mi vida, es mi amiga, mi compañera, la persona que me apoya, que me comprende. Es mi compañera, mi amor incondicional. Es mi niña de la estrellas, esa que me ha estado enseñando el maravilloso planeta del amor, de ser feliz. Esa que ha construido junto a mi 8 años de ilusiones, de amor, de comprensión, de apoyo y fe ciega en mi.
¿Por qué te hago tanto daño vida mía? ¿Por qué? ¿Por qué? Por qué no pienso más en ti, en tus necesidades, en todo lo que te mereces. ¿Por qué no acepto que me he convertido en la fuente de dolor de tu vida? ¿Por qué no te demuestro todo el amor que te profeso y te libero de mi?
Yo, y sólo yo, soy la que debo de resolver esta situación. La psicóloga me “echó” porque decía que no tenía nada, que yo había ido allí a buscar que alguien decidiera por mi para así no asumir las consecuencias. Probablemente tiene toda la razón y no quiero sentirme responsable de tanto dolor. No probablemente, es cierto, no puedo, (no quiero según mi ) sentir eso.
Cuanto miedo, cuanto amor… ¿de verdad no hay solución? ¿no hay camino? ¿este intento no es más que prolongar la agonía? ¿qué pretendemos? ¿qué pretendo? ¿Posponer o ciertamente creemos en el milagro?
Nadie puede saber, excepto tú, cuanto me duele irme a la cama sin estar entre tus brazos. Nadie puede creerse todo el amor que te profeso, y es comprensible, pues parece que es directamente proporcional al daño que te estoy haciendo.
Nadie sabe el dolor que siento, ni tan siquiera tú. Nadie sabe, igual no lo sé ni yo misma, que es lo pretendo, qué es lo que quiero.
Que perdida estoy...
Gracias a todas las amigas por serlo de verdad.
A Laura acupuntura por ser la primera en no tener pelos en la lengua y darme dos buenas tortas mentales.
Gracias a Natalia, a Cris y a Laura, por decirme lo que sienten.
Gracias a Natalia y Cris por hacerme ver que soy una exagerada. Y es que es cierto, soy una hippie-wuays acomodada y cagada. Pero no sabeis como lo estoy pasando.(Por cierto, igual la próxima vez sería interesante que dosificarais la dosis, pues no tenéis ni remota idea de cómo me siento).
Gracias a las Veros por cuidarme y recordarme el valor de la honestidad; por no juzgarme.
Gracias a sincro por soportar mis mierdas y darme su apoyo.
Pero sobre todo gracias a mi niña de las estrellas por su forma de amarme, de entenderme, de no juzgarme. Gracias Roro, y perdóname por tanto dolor, tanto daño y tanta agonía.