lunes, octubre 22, 2007



La vida, la sociedad, esta espiral de estímulos prefabricados, el deseo de lo inútil, la fugacidad del momento. El placer instantáneo, químico, la euforia en monodosis, l@s amig@s de unas horas, los excesos y descensos...

Engañar al dolor con placebos, ocultar el desgarro, el desarraigo, cortar el flujo de sangre con torniquetes que no solucionan nada, no hacen más que gangrenar la herida y amputar corazones.


Somos especie, especie animal, con instintos, con ciclos biológicos, con comportamientos propios de la especie. Y al homo sapiens le duele el dolor. Es un hecho. Es, no hay duda. Y nos empeñamos en anularlo, en no dejarle decir alto y claro lo que ha de decir.

La especie humana ha inventado remedios para casi todo tipo de sintomatología del dolor, pero no sanas. Desde muy pequeñ@s asumimos que si nos duele algo nos tomamos una pastilla o un jarabe y te curas. Cuando eres mayor buscas pastillas para el corazón, tiritas, vendas y más vendas pero...no hay nada que cure un corazón roto y eso no lo reconocemos. Y buscamos por aquí y por allá formas inventadas que se asemejen a la felicidad. Pero no es cierta, no existe, no es...
Y sobreviene el bofetón de la frustración

Y es entonces, cuando ya no hay forma alguna de engañar al homo sapiens y el cuerpo se rebela y manifiesta, y protesta, y duele, y llora, y se desagarra, y habla. Y aunque nos empeñemos en no oírlo él habla y se hace escuchar. Y se desgarra la voz, y enfermas repetidas veces, y no sales de una para entrar en otra... y un@ piensa... es una mala racha, ya pasará. Y no, no va a pasar si no paras y te dejas escuchar...

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V:Paremos y escuchemos
F:No! Bueno vale...
...
V: Oye F...
F: Dime V
V: Yo estoy bien quieta y callada pero no escucho nada. Oigo pero no escucho.
F: ¿No? Mmmmmm
V: Mmmmmm???
F: Igual es que no encuentras tus orejas...
V:¿Cómo qué no? Pero si las tengo aquí...
V dirige sus manos hacia los laterales de la cara. Allí donde siempre habían estado, ya no había nada.
F: Yo sí las tengo...
V: Tú vas más rápida que yo... uffff me duele la boca, y no tengo voz, y no puedo andar, y... no para de salir sangre de mi corazón!!
F: Yo me quedé sin manos para ayudarte. Lo siento.
V: Hija de puta. Voy a desangrarme mientras me miras?
F: No, no te preocupes, ya miro para otro lado.

4 Comments:

Blogger Lolasincola said...

cohone ya, sabes que cambia pero no sabemos cuando ni como, eso sí, hay que querer que cambie, pero cambia y de pronto un día el corazón se cura, mientras estés viva me temo que este proceso de romper y curar lo vas a vivir varias veces, así que "ludopata" por qué no hacemos una apuesta? un beso

8:32 p. m.  
Blogger Joana said...

El corazón roto no sabe esquivar la tristeza que supone mirar atrás y reconocerse en un pasado mejor. Cuando se le escucha con atención él solo se recompone, y construye un futuro diferentemente mejor. Así, cualquier tarde de nuestras vidas puede convertirse en el más bello relato de lo que somos, o seremos.

9:34 a. m.  
Blogger Laurópata said...

Lolasincola: Sí ya lo sé...pero a veces parece que no hay fin... Mira que me da coraje que me llames ludópaata... :P

Joana: Pues sí, escucharemos con atención y estaremos atentas a ese bello relato que etá por llegar. Besos mil

8:42 p. m.  
Blogger Marcial said...

Hola Laurópata, en esta reflexión se puede apreciar mucho dolor, pero bien sabes que el dolor forma parte de la vida, y la vida sin dolor tiene poca sustancia. La cuestión es hacia que lado se inclina la balanza en más ocasiones; el dulce o el amargo. La distancia todo lo cura, pero la herida siempre queda.
Tienes una página muy bonita y con mucha sustancia. Un saludo.

1:08 a. m.  

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