¿Dónde van a parar?
Volver a casa de tu familia, entrar en tu habitación de adolescente y revolver entre tus propios secretos es un auténtico viaje en el tiempo...
Cuando estudiaba en el instituto, bueno estudiar y gamberrear, me enamoré locamente en varias ocasiones, pero en especial de mi profesora de inglés, Amparo.
Cuando se desplazaba por la clase su embriagador perfume se introducía en mi y provocaba un delicioso escalofrío que recorría mi cuerpo. Ahorraba para poder comprarlo y "llevarla" siempre conmigo. Aún hoy uso ese perfume, no por la misma razón pero no deja de resultarme curioso.
Pues un año, por la celebración del día de l@s enamorad@s alguien tuvo la genial idea de crear un buzón para tal evento. Un buzón que recogería las cartas de amor de todo el instituto y se encargaría de distribuir entre l@s destinatari@s. Esa fue la línea de salida para una colección inmensa de cartas que le estuve escribiendo durante un año, o tal vez más... Nunca envié la carta, me daba pánico que pudiera descubrirme. Pero cada día le contaba, me contaba, me desnudaba ante un folio en blanco.
Siempre albergué esperanzas de que un día esas cartas cayeran en sus manos para poder liberar mi "secreto", para poder liberar esas palabras, palabras llenas de ilusiones, tristeza, dolor y por supuesto mucho amor.
Nuestra relación fue mucho más allá de la propia entre una alumna y una profesora, y nos hicimos amigas, buenas amigas, pero nunca le conté, nunca le dije lo que ella ya sabía pero nunca se atrevió a preguntar... Quien sabe...
Esas cartas las guardo en mi antiguo pupitre de estudios, habrá... no sé 90 cartas¿?... Cuando causalmente cayó en mis manos no pude evitar una sensación de pudor, de invasión de mi propia intimidad... Comencé a leerlas y tuve que dejarlo. Esas cartas ya no eran mías, eran de otra persona... esos sentimientos ya no existían, simplemente habían desaparecido, así sin más...
¿dónde fueron? ¿dónde fué tanto amor no conocido? ¿Se perdió así, sin más? ¿Hubiera sido diferente si hubieran llegaod esas cartas a sus manos? Para mi seguro que sí...
Todo ello me trajo a la memoria otros hechos, otra gente y más amor encadenado... (notas nunca entregadas, canciones inacabadas, regalos con mensajes ocultos...)
Hace unos años le confesé a una amiga, de la cual me enamoré, que en uno de los regalos que le había hecho iban mensajes ocultos. Mensajes que esperaba algún día fueran descubiertos, pero eso nunca pasó. Nos juntamos las dos y "deshicimos" la caja y nos reimos un buen rato... por un lado fue una liberación para aquellas palabras ¡¡¡por fin!!! Pero la destinataria en realidad ya no existía ni la constructora tampoco...
Amores que no saben que lo son, palabras que caducan, personas que ya no existimos... Aysssssssssss.
Arghhhh!! sigo sin poder colgar fotos!!!!!!!!
Cuando estudiaba en el instituto, bueno estudiar y gamberrear, me enamoré locamente en varias ocasiones, pero en especial de mi profesora de inglés, Amparo.
Cuando se desplazaba por la clase su embriagador perfume se introducía en mi y provocaba un delicioso escalofrío que recorría mi cuerpo. Ahorraba para poder comprarlo y "llevarla" siempre conmigo. Aún hoy uso ese perfume, no por la misma razón pero no deja de resultarme curioso.
Pues un año, por la celebración del día de l@s enamorad@s alguien tuvo la genial idea de crear un buzón para tal evento. Un buzón que recogería las cartas de amor de todo el instituto y se encargaría de distribuir entre l@s destinatari@s. Esa fue la línea de salida para una colección inmensa de cartas que le estuve escribiendo durante un año, o tal vez más... Nunca envié la carta, me daba pánico que pudiera descubrirme. Pero cada día le contaba, me contaba, me desnudaba ante un folio en blanco.
Siempre albergué esperanzas de que un día esas cartas cayeran en sus manos para poder liberar mi "secreto", para poder liberar esas palabras, palabras llenas de ilusiones, tristeza, dolor y por supuesto mucho amor.
Nuestra relación fue mucho más allá de la propia entre una alumna y una profesora, y nos hicimos amigas, buenas amigas, pero nunca le conté, nunca le dije lo que ella ya sabía pero nunca se atrevió a preguntar... Quien sabe...
Esas cartas las guardo en mi antiguo pupitre de estudios, habrá... no sé 90 cartas¿?... Cuando causalmente cayó en mis manos no pude evitar una sensación de pudor, de invasión de mi propia intimidad... Comencé a leerlas y tuve que dejarlo. Esas cartas ya no eran mías, eran de otra persona... esos sentimientos ya no existían, simplemente habían desaparecido, así sin más...
¿dónde fueron? ¿dónde fué tanto amor no conocido? ¿Se perdió así, sin más? ¿Hubiera sido diferente si hubieran llegaod esas cartas a sus manos? Para mi seguro que sí...
Todo ello me trajo a la memoria otros hechos, otra gente y más amor encadenado... (notas nunca entregadas, canciones inacabadas, regalos con mensajes ocultos...)
Hace unos años le confesé a una amiga, de la cual me enamoré, que en uno de los regalos que le había hecho iban mensajes ocultos. Mensajes que esperaba algún día fueran descubiertos, pero eso nunca pasó. Nos juntamos las dos y "deshicimos" la caja y nos reimos un buen rato... por un lado fue una liberación para aquellas palabras ¡¡¡por fin!!! Pero la destinataria en realidad ya no existía ni la constructora tampoco...
Amores que no saben que lo son, palabras que caducan, personas que ya no existimos... Aysssssssssss.
Arghhhh!! sigo sin poder colgar fotos!!!!!!!!